Haciendo parapente a más de 7.000 m de altura

Volar en parapente en Pakistán es más salvaje que en cualquier otro rincón del planeta…

 

No hay ningún otro sitio en el mundo para la práctica del parapente más impresionante que las montañas Karakoram.

 

El tamaño de estos gigantes es poco menos que indescriptible, no en vano son las cumbres del planeta. Están muy lejos y allí hace mucho frío… Por estas razones suponen una aventura sin igual para los aficionados al parapente.

 

“Estás completamente solo y lejos de todo. Es un lugar increíble para volar”, dice Horacio Llorens.

 

Estas imágenes son parte del viaje que hizo junto con los también pilotos Tom De Dorlodot y Hernán Pitocco, además del fotógrafo Krystle Wright.

 

Para De Dorlodot esta parte de Pakistán cerca del K2 es como se segundo hogar. Era la quinta vez que visitaba la región y la segunda vez que los tres viajaban juntos hasta allí.

El objetivo era intentar batir el récord de altura y descubrir nuevos lugares donde volar. Tom alcanzó una nueva marca personal (7.450 metros) pero no pudo conseguir un récord. Pero así todo fueron capaces de vivir una experiencia mágica volando en aquel icónico lugar.

 

Pakistán, un paraíso para volar
 Pakistán, un paraíso para volar

“Éramos como niños en el paraíso. No hay ningún otro sitio en el planeta para volar como éste, es simplemente increíble. Estás volando rodeado por gigantes de 7.000 y 8.000 metros como el K2. El lugar es mágico”, dice Llorens.

 

Además de ser todo un reto: “Aquí tienes que estar cada segundo concentrado. Aquí los valles no tienen carreteras. No hay hospitales. Hay rescate por helicóptero pero sólo hasta 5.000 metros y podría tardar 24 horas en llegar. Si te ves forzado a aterrizar en un glaciar estás solo”.

 

La aventura valió absolutamente la pena. “Estábamos volando muy juntos, controlándonos y ayudándonos unos a otros. Ha sido increíble volar formando parte de este equipo con estos dos pilotos”.

 

Y añade: “Me encanta pasar volando por el Masherbrum, entrar en los valles helados y volar sobre el glaciar por encima de estas gigantescas montañas. Necesito regresar a este lugar. Todavía tiene mucho que darnos”.

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